In a statement issued on March 12th, the Political Bureau of the Communist Party of the Peoples of Spain (PCPE) refers to the recent popular mobilisations in Spain.
Given the concurrence of an increase in the will to struggle of the working class during such a period of political instability, PCPE states that "different sectors of the working people are demanding the recovery of their rights and are leading a rebound of the class struggle."
Mobilisations that took place on the 8th of March are defined as "a turning point" since it meant a clarification on the question of the working women thanks to "the massive answer of broad social sectors who have expressed their annoyance by the situation of double oppression suffered by the half of the working class."
Meanwhile, pensioners are also to carry out mobilisations against attempts to destroy the public pension system.
The PCPE Political Bureau points out the next May Day as an essential date, in which the working class should "show a spirit of struggle and a firm opposition to all anti-worker measures carried out by the capitalists and their governments." Hence, following objectives are proposed to orient the immediate struggle and May Day mobilisations:
-Immediate repeal of labour reforms and pension reform
-End of all employment discrimination and the wage gap: equal work equal salary
-Rise of pensions in the same terms as the salaries of the police bodies
-Elimination of internships and training contracts, as well as the Youth Guarantee Plan
On the other hand, the PCPE observes an increase in repressive aspects of the capitalist state, which find its example in the substantial increase in the salaries of the security forces and warns about possible instrumentalisation of these mobilisations by "the social democracy, both the old and the new. " Continuing to "strengthen as an indispensable tool of the working class," the task and responsibility put front by the Party is "to build a country for the working class."
Source: icp.sol.org.tr.
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En los últimos meses estamos asistiendo a una recuperación del impulso de lucha de la clase obrera y los sectores populares de nuestro país. Las protestas de los pensionistas, las huelgas en cientos de empresas, las movilizaciones y los paros laborales del 8 de Marzo, entre otras, marcan un escenario de movilización social que coincide con un período de inestabilidad política derivada de la situación en Cataluña y de la falta de acuerdo para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2018.
Frente al discurso triunfalista que, en lo económico, está utilizando el Gobierno, la realidad de nuestros pueblos y ciudades es que la mayoría trabajadora sigue padeciendo las peores consecuencias de una crisis capitalista que, si se está superando en términos macroeconómicos, es en beneficio de los capitalistas y precisamente a raíz de un incremento exponencial de la tasa de explotación.
Los continuos ataques contra los derechos laborales y sociales, contra los servicios públicos, contra las pensiones y contra el pueblo trabajador en general han traído consigo un crecimiento de la desigualdad y han hecho más ricos a los ricos y más pobres a los pobres.
Hoy, con un Congreso de los Diputados fragmentado y sin mayorías claras, con un Gobierno implicado en diversos escándalos de corrupción, con una debilidad palpable derivada de sus pugnas con Ciudadanos, con un bloqueo de los Presupuestos Generales derivado de las consecuencias de aplicar el art. 155 en Cataluña y con una oposición ausente, diferentes sectores del pueblo trabajador están exigiendo la recuperación de sus derechos y están protagonizando un repunte de las luchas clasistas que nuestro Partido saluda.
Si bien actualmente estas movilizaciones están presididas por la concepción de que es posible recuperar los derechos perdidos durante la crisis capitalista, el PCPE considera que es necesario un fortalecimiento de los puntos de vista clasistas, una concepción unitaria de las luchas y una visión más amplia del horizonte de lucha. Igualmente, es necesaria la máxima precaución para evitar su instrumentalización por la socialdemocracia, vieja y nueva, que únicamente aspira a capitalizar el descontento en clave electoralista.
Recuperar derechos es sólo un primer paso. La única manera de garantizar las condiciones de vida y trabajo dignas para la mayoría trabajadora de nuestro país es la ruptura total con el modelo económico y social capitalista, que nace y se desarrolla sobre la base de la explotación y la desigualdad.
En la época del imperialismo el capitalismo tiende a la reacción. La débil recuperación económica -que beneficia a una minoría- va acompañada de un incremento de la faceta represiva del Estado capitalista. Los ataques contra la libertad de expresión y los más básicos derechos democráticos van seguidos de una fuerte campaña a favor del endurecimiento de ciertos aspectos de la legislación penal que, aprovechando el impacto de ciertos crímenes, avanzan hacia un escenario de pérdida de garantías que ahora se centra en el ámbito penal pero que pronto va a generalizarse a todo el sistema. Ello al mismo tiempo que se elevan sustancialmente las retribuciones de las fuerzas y cuerpos de seguridad.
Las movilizaciones del 8 de Marzo son sin duda un punto de inflexión en la lucha por los derechos de la mujer trabajadora. A pesar de que, inicialmente, este 8 de Marzo se planteaba como una movilización interclasista y sólo en parte vinculada a las problemáticas de las mujeres del campo obrero y popular, el éxito de esta jornada de lucha reside en la respuesta masiva de amplios sectores sociales que han expresado su hartazgo por la situación de doble opresión que sufre la mitad de la clase obrera.
La implicación de las organizaciones sindicales ha permitido colocar la cuestión de la mujer trabajadora en el centro de la lucha de clases, en los centros de trabajo. Ha servido para comenzar a superar los discursos ciudadanistas e interclasistas que venían reivindicando el 8 de Marzo como “día de la mujer” y no como día “de la mujer trabajadora”. Tras este 8M es posible un avance en los planos organizativo y político y en la clarificación ideológica sobre la cuestión de la mujer trabajadora, que está indisolublemente vinculada a la lucha general de la clase obrera por la superación del capitalismo.
Al mismo tiempo, el PCPE considera que se debe intensificar la pelea ideológica para evitar que las herramientas de lucha de la clase obrera, como la huelga, se vean desnaturalizadas por la influencia de posiciones ideológicas de otras clases en el seno de organizaciones sociales, partidos y sindicatos.
El próximo 17 de marzo tendrá lugar una importante movilización a favor de los derechos de los y las pensionistas. Frente a la irrisoria subida del 0,25 y frente a todo intento por destruir el sistema público de pensiones, no sólo apoyamos las convocatorias que vienen recorriendo el país desde hace semanas, sino que insistimos en la necesidad de su carácter unitario, saludamos que se coloque en el debate público la necesidad de garantizar las pensiones mediante su financiación por los Presupuestos Generales del Estado y exigimios que su incremento actual no se limite al IPC.
En el presente escenario de desarrollo de las luchas y movilizaciones del campo obrero y popular, el próximo 1º de Mayo es una fecha esencial, en cuyo éxito va a empeñarse toda la militancia del PCPE. Las movilizaciones en defensa de los derechos de la mujer trabajadora, las movilizaciones en defensa de los derechos de los y las pensionistas, las movilizaciones en los centros de trabajo y en los centros de estudio deben desembocar en un 1º de Mayo en que la clase obrera exprese con contundencia su ánimo de lucha y su oposición firme a toda medida antiobrera que desarrollen los capitalistas y sus gobiernos.
Nuestra lucha inmediata y nuestras propuestas básicas para este 1º de Mayo se orientan hacia los siguientes objetivos:
- Derogación inmediata de las reformas laborales y de la reforma de las pensiones.
- Fin de toda discriminación laboral y de la brecha salarial: a igual trabajo igual salario.
- Subida de las pensiones en los mismos términos que suben los salarios de policías y guardias civiles
- Eliminación de los contratos en prácticas y formativos, así como del Plan de Garantía Juvenil.
Afirmamos que nuestra lucha es por un país para la clase obrera. Un país que no cabe en los estrechos márgenes de una Constitución capitalista y que no cabrá en la Constitución que salga de la reforma que están negociando las fuerzas políticas burguesas. El país de la clase obrera no puede ser el país de los capitalistas, y la Constitución de los capitalistas no puede ser la Constitución de la clase obrera.
El Partido Comunista de los Pueblos de España va a seguir desarrollándose en los centros de trabajo, va a seguir peleando sin descanso contra todas aquellas posiciones políticas e ideológicas que pretendan dividir aún más a los trabajadores y trabajadoras, y va a seguir fortaleciéndose como herramienta indispensable de la clase obrera de nuestro país.
Es nuestro compromiso, nuestra tarea y nuestra responsabilidad: construir un país para la clase obrera.
Madrid, 12 de marzo de 2018.